De no ser artista me hubiera gustado ser enfermera o matemática. ¿Qué hay de unión entre esas dos profesiones? Todo. Llegar al lugar donde se unen las paralelas. El fin de la vida , el comienzo de otra, quizá, en el mismo momento, la misma sala, el mismo hospital. Las estadísticas de supervivencia en situaciones extremas. La frialdad y la pasión unidas. El salir de un mundo apretado y entrar a otro infinito. Verse cara a cara con el fin; de una teoría, de una recta, de una enfermedad, de una vida. El posicionamiento frente a la realidad de todos los días, ese preciso ir más allá de la estupidez humana, de la mezquindad sin tapujos, de las acciones cotidianas.
Hubo una mujer, Florence Nightingale, que unió las dos profesiones en su carrera. Midió enfermos de cólera y evitó muertes en vano. Ella vivió, como nosotros, en un mundo en guerra. Y la guerra, como dice Brailovsky, es la peor forma de contaminación. La gente, dice él, además de morir en una guerra, la gente deja de nacer.
Por eso, hoy, comienzo un nuevo blog. Para soportar este mundo. Para hablar de enfermeros y matemáticas, o de matemáticos y enfermeras. Del dolor de no poder ser lo que uno anhela. O de la felicidad de poder hacer, aunque sea desde un blog, lo que uno quisiera.
enfermera y matemática 